Es un punto
imaginario en nuestra fotografía al cual parecen converger dos o más líneas. Dentro o fuera del
marco de la fotografía. Este efecto visual lo que nos aporta es una mayor
sensación de tridimensional.
Si el punto de fuga está dentro, lo que aporta es
que “obliga” al espectador a mirar hacia dentro, en cambio sí
está fuera el efecto será el contrario. No quiere decir ni mucho menos que
mirar hacia fuera no sea bueno, en ocasiones, puede aportar el que el
espectador se imagine algo fuera de la fotografía, con lo que habremos logrado interinar con él también.


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